Si te consideras buen observador, intenta resolver este acertijo.

“Para Adán, el paraíso era donde estaba Eva”, dijo el célebre escritor Mark Twain. Y es cierto, no importa el momento o el lugar, cuando conocemos a esa persona que es la indicada y que nos provoca mariposas en el estómago, sentimos que tocamos el Cielo con las manos. Es como estar en el Paraíso.

Una cena a la luz de las velas, en una noche estrellada y en un ambiente romántico, generan el entorno ideal para que caigamos bajo el embrujo del amor, pero… en esta escena de enamorados, hay un error.

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