Will Smith no puede ni hablar

Caron, un amigo de toda la vida de Bruce Willis, continúa visitando a su querido amigo una vez al mes, a pesar de que la salud de Bruce ha empeorado drásticamente.

Ahora, Bruce ya no puede comunicarse verbalmente, lo que ha hecho que su situación sea aún más desafiante. Sin embargo, Caron sigue comprometido en mantenerse presente en la vida de su amigo.

Caron elogia a Bruce por ser una persona verdaderamente extraordinaria. A pesar de la enfermedad que lo aqueja, Bruce siempre ha irradiado una alegría de vivir incomparable. Su amor por la vida y su entusiasmo por cada nuevo día eran contagiosos.

La transformación de Bruce en alguien que ahora ve el mundo a través de una especie de pantalla resulta desconcertante para quienes lo conocieron en sus mejores días. Bruce sigue siendo una persona asombrosa, y su esencia perdura, a pesar de las limitaciones impuestas por su enfermedad.

Caron comparte que, durante los primeros minutos de su visita, Bruce parece reconocerlo, a pesar de su incapacidad para comunicarse de manera verbal. Antes, Bruce era un ávido lector, aunque mantenía esta afición en secreto. Ahora, lamentablemente, ya no puede disfrutar de ese pasatiempo. Su habilidad lingüística se ha desvanecido, pero su identidad sigue siendo inquebrantable.

Cuando Caron está con Bruce, siente la presencia de su amigo de toda la vida y aprecia cada momento compartido, a pesar de que la chispa de la vida que una vez caracterizó a Bruce ha desaparecido.

En resumen, la historia de Bruce Willis es un testimonio conmovedor de la fortaleza de la amistad y la esencia duradera de una persona, incluso en las circunstancias más desafiantes. A pesar de la pérdida de sus habilidades y la alegría de vivir que solía irradiar, Bruce sigue siendo Bruce en el corazón de quienes lo conocen y lo aman.